Si reaccionas fuertemente...

Las prácticas de Mindfulness a veces pueden provocar reacciones emocionales y físicas muy fuertes. La mayoría de ocasiones la práctica ofrece una manera de "estar con ellas" el tiempo suficiente para poder resolverlas y/o "atravesarlas", pero a veces son demasiado fuertes como para ser tratadas eficazmente con prácticas MBSR únicamente. En estos casos, a menudo (pero no siempre) se trata de traumas no resueltos u otras experiencias extremadamente difíciles del pasado que están emergiendo. Es importante poder evaluar si estas circunstancias se pueden tratar en el contexto del curso MBSR, o si bien es mejor buscar la ayuda de un consejero experto o terapeuta.

Si la reacción es tan fuerte que es aterradora, y estás tan temeroso y asustado que no puedes continuar con la práctica; que no te sientes lo suficientemente seguro como para permanecer en ella, quizás necesites cambiar la forma en que practicas. Puedes abrir los ojos, tomar varias respiraciones profundas, mirar alrededor de la habitación para orientarte, y sentir lo que necesites en ese momento para relajar/calmar la mente y el cuerpo antes de volver a la práctica. Si es necesario, puedes detener la práctica por completo, tomar una taza de té, dar un paseo, acariciar a tu gato o perro, o llamar a un amigo.

Si esto sigue sucediendo cada vez que intentas practicar, y no llega un momento en que sientas una "liberación" o disminución de la reacción emocional o física, sino que se acelera o es aterradora, puede que tengas que interrumpir esa práctica en concreto, o quizás incluso el curso. A veces sucede que estas prácticas conectan con problemas no resueltos importantes, o con traumas pasados.

Hay varias maneras en las que el trauma no resuelto podría manifestarse durante una práctica de Mindfulness, incluyendo estremecimientos, temblores, náuseas, adormecimiento repentino, sensación de disasociación, imágenes espontáneas o recuerdos del pasado, sentimientos de pánico, de temor, de ansiedad... Si es posible, no luches contra estas manifestaciones, sino deja que se expresen y vuelve, suavemente, a la respiración o a la locución de audio. Otra opción es hacer una pausa en la práctica.

Si, después de un tiempo, las cosas se calman y, aunque te sientas un poco "agotado", tu sentimiento general es de liberación y alivio, es una buena señal; indica que el trauma no resuelto comienza, poco a poco, a "cicatrizar". Te puede suceder en varías ocasiones, pero si las cosas están realmente "cicatrizando", las reacciones serán cada vez menos severas. De hecho, estarás disolviendo poco a poco los efectos que el trauma o la dificultad del pasado ha tenido en tu cuerpo y mente, a través de la práctica del Mindfulness.

En cambio, si tienes este tipo de reacción intensa casi cada vez que practicas, y no sientes una sensación de liberación o alivio después, o no parece que la reacción sea gradualmente menos severa, puedes sustituir la práctica por un ejercicio como Yoga 1 o Yoga 2, que no suelen generar tanta reacción. Otra opción es interrumpir completamente el curso hasta que obtengas la ayuda de un consejero o terapeuta con experiencia en traumas. Entonces podrías reanudar el curso bajo su supervisión, o dejarlo para más adelante, dependiendo de lo que tú y tu terapeuta decidáis que es mejor. Hay dos enfoques terapéuticos muy útiles para tratar con traumas basados en Mindfulness: Somatic Experiencing y Sensorimotor Psychotherapy.

Si no es posible trabajar con un terapeuta con experiencia en estas modalidades, hay algunos materiales introductorios muy buenos que vale la pena explorar, como este video de 6 minutos sobre la experiencia somática narrado por su fundador, Peter Levine. Si quieres entender en mayor profundidad tus experiencias y cómo se relacionan con el trauma previo, puedes adquirir el libro Curar el Trauma del mismo autor. También ha publicado Sanar el Trauma, un breve libro con CD de autoayuda, que incluye una introducción ligera pero poderosa a esta forma de trabajar con el trauma.

Como con todo en este curso, es importante que experimentes contigo mismo con qué cosas te sientes bien, y que no vayas más allá de tus propios límites en áreas donde te sientas inseguro o notes peligro. Esta comprobación es, en sí misma, una práctica de Mindfulness.