Comenzaré diciendo cómo descubrí esta meditación de Mindfulness que, poco a poco, cada vez empieza a conocerse más.

       Hace casi un año, tuve la desafortunada experiencia de sufrir un problema de salud que, a día de hoy, todavía persiste. Desde ese momento, mi vida cambió de manera considerable. Pasé de hacer todo por mí misma a depender de otros; de poder ir y venir a cualquier sitio a estar en casa sin apenas salir sólo para ir a las consultas médicas.

       Médicos de casi todas las especialidades me han valorado sin conseguir averiguar, de momento, lo que sucede. Todas las pruebas dan resultados normales a pesar de que mi estado físico esté truncado.

       Pero mi situación física actual, no impide que mi mente siga siendo como era y eso consigue que no esté emocionalmente decaída ni triste. A pesar de obtener resultados negativos en cuanto a encontrar el problema y poder solucionarlo, mi actitud por resolverlo es positiva, lo que me conlleva a buscar, indagar y recaudar información a través de diferentes medios.

       Después de tanto investigar en los distintos tipos de métodos que yo podía realizar para intentar mejorar mi situación, descubrí el Mindfulness y tomé la decisión de practicarlo.

       Mis expectativas al respecto, no han sido para nada lo que yo en un principio esperaba. Tenía preconcebida una idea que cambió en el momento en que realmente supe lo que era Mindfulness.

       Me figuraba que realizar una meditación a distancia no sería tan eficaz como realizarla en un centro especializado para ello y, además, se sumaba el hecho de pensar que no sería capaz de poder realizar la meditación, que me descentraría, que no sentiría ni percibiría nada.

       Pero cuál ha sido mi mayor asombro al darme cuenta que estaba equivocada. La práctica de Mindfulness ha modificado por completo mi manera de pensar y ver las cosas. He descubierto que mi mente puede sumergirse en una sensación de calma, paz, respiro, sosiego sin necesidad de estar todo el día acelerada y tensa que conlleva a obtener beneficios tanto mentales como físicos. Gracias a la técnica de Mindfulness, he logrado descansar mejor con resultados que repercuten de manera efectiva en mi cuerpo. A pesar de saber que Mindfulness no es una cura a mi estado, sí considero que es un “tratamiento” muy válido para avanzar pero, sobre todo, para adquirir nuevas maneras de sentir y percibir lo que sucede alrededor llegando incluso a cambiar la actitud de afrontar las vivencias de cada uno y aceptarlas.

       Este no es el fin de mi meditación, sino el inicio de un ciclo nuevo de vivir.