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[ Olga M. de España ]
Carta de aprendizaje
Le estoy muy agradecida por haberme dado la oportunidad de hacer este curso.
Soy médico de urgencias y emergencias, madre de familia con una hija y un hijo adolescentes y como muchas de las personas que conozco, soy una persona perfeccionista que quiere llegar a todo. Ello me provoca frustración, enfado, irritabilidad y en definitiva un grado de estrés que tiende a cronificarse. Desde antes que naciera mi hija, hace ya más de 17 años, empecé a hacer yoga para sentirme mejor. De manera intermitente me apuntaba a clases aunque sin comprender bien la filosofía del yoga. Tardé unos años, pero desde hace unos 6 años, he incorporado la práctica del yoga a mi día a día e inevitablemente he ido leyendo e introduciéndome cada vez más en toda la filosofía del yoga. Viendo el beneficio que me produce, he seguido buscando distintas disciplinas complementarias. Encontrar una disciplina con base científica no es fácil y menos en una pequeña provincia. Tampoco lo es poder asistir a cursos presenciales, por tiempo o por dinero. Gracias a este programa he podido participar a un curso que me ha parecido muy enriquecedor. Teniendo la certeza de acceder a material científico y poder seguir la metodología que ofrecen, adaptándola a mis horarios, no siempre fáciles de congeniar.
Lo que me ha aportado este curso no es fácil de escribir en cuatro líneas, pues necesitaría un libro entero. Aún así le intentaré resumir lo que más destaco de sus beneficios. La comunicación con mi familia, especialmente con mis hijos, que están en una etapa complicada en la que la comunicación es una baza importante y que se estaba viendo afectada, ha mejorado y he visto una evolución muy positiva. Quizás me he relajado con la exigencia de las tareas de casa y disfruto más del día a día. Acepto mucho mejor las circunstancias que me depara la vida. Sus adversidades son más toleradas y me sorprendo a mí misma muchas veces. Tal vez escucho más y mejor, mostrando más empatía con la otra persona. También estoy aprendiendo a quererme, cosa que hasta ahora parecía imposible. La sensación de mirarme al espejo por la mañana, recién levantada, reconocerme, aceptarme y decirme alguna palabra bonita, me está resultando muy beneficiosa. Acepto un mal día, pero hago lo posible para facilitar el mejor día.
Mi sueño también se ha visto beneficiado. Sigo un horario de trabajo horrible, a veces de turno de día y otras de noche. A esto se le añade la perimenopausia. Yo que siempre había dormido con mucha facilidad, desde hace 1 o 2 años me doy cuenta que mi sueño se había visto alterado, despertándome 2 veces cada noche. A veces me enfadaba, a veces me entristecía, algún día incluso me costaba conciliar el sueño. Desde que he iniciado la meditación y diría que sobretodo el escaneo corporal, me ha supuesto una mejora del sueño sustancial. No digo que sea la panacea pues seguro muchos factores intervienen en cualquier trastorno, pero aunque alguna vez me despierto, me veo aceptar mi intolerancia con el suavizar, calmar y permitir.
Después de tantos años trabajando para la salud de las personas, soy consciente que la mayoría no saben cómo cuidarse. Sería necesaria una formación general desde las escuelas, para que los futuros adultos mejoran su salud tanto física como psíquica y quizás de esta forma veríamos como disminuyen muchas de las enfermedades actuales que, a menudo complican o saturan la sanidad. Además de suponer bajas laborales, invalideces y otros trastornos para la sociedad y para la propia persona afectada. Debemos ser más responsables de nuestra salud y un camino es el mindfulness.
Gracias por su aportación.
- Olga
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